ABORTO EN SAN LUIS – Argentina -

Investigación realizada en el mes de junio, puesta al aire el 24 de junio de 2007.
Producción y conducción: Maria José Corvalán.

Según cifras nacionales en la Argentina la interrupción de embarazos no deseados se da en su gran mayoría en adolescentes de 14 a 18 años, de clase social media y alta.
En San Luis, esta situación se da de la misma manera.
Hay en la zona céntrica de la ciudad más de 7 consultorios en los que durante el dia se realizan abortos clandestinos.

Ante la noticia del “atraso” las adolescentes y mujeres jóvenes, que no desean un embarazo, acuden a buscar una solución según su capital.
Quienes tienen menores recursos, agotan métodos que son económicos aunque peligrosos y poco eficaces. Así, obtienen pastillas como el “opmatox”, que les provoca abortos espontáneos, aunque acompañado de un serio sangrado.
Las inyecciones como la “menstrahen forte” también son utilizadas en las primeras semanas, puesto que provoca contracciones y perdidas.
Se suele recurrir también a remedios caseros como el te de perejil, o la introducción de elementos extraños al cuerpo, en la zona vaginal para provocar hemorragias.

Hay médicos que por la suma de $300 en el mismo consultorio realizan los abortos, sin anestesia, lo que resulta altamente doloroso, pero seguro.
Uno de los casos mas difundidos fue el de Ximena, una niña de 16 años, que al no tener recursos, permitió que una enfermera practicara una especie de aborto, lo que le provoco una septicemia y la muerte tras varias horas de dolor.

Lo cierto es que cada vez son más las personas que, ante la realidad de la cantidad de abortos, y las negligencias que se cometen en torno a este, apuntan a la despenalización para evitar más muertes o daños permanentes, como por ejemplo la perdida del sistema reproductivo femenino.

Según lo analizaron en el programa médicos y psicólogos, es sorprendente hasta que punto llegan las niñas, por no anoticiar a sus padres del embarazo y su deseo de abortar.
Es evidente que temen informar esto, puesto que se entiende que han mantenido relaciones sexuales, y optan a veces por la muerte a hablar de esto con sus progenitores.

Otro de los puntos analizados por profesionales entrevistados como la Dra. Yolanda Bertazzo, a cargo del Programa de Salud Reproductiva es el flagelo social que se le impone a las adolescentes. Ellas entienden que si “lo tienen” ya no podrán salir, no podrán estudiar, que será una carga, y que solo ellas pagaran las consecuencias. Este razonamiento lo adquieren al ver las experiencias y casos de sus pares, en donde la mujer es obligada a cumplir con las obligaciones maternales mientras que el padre, continúa con su vida normalmente.

Un testimonio brindado por una joven que decidió el aborto asegura que “ Fue una decisión difícil, pero no me arrepiento, no podía tenerlo y quede embarazada por accidente. Ahora a veces lo lamento, pero más lamento el taboo que implica el sexo, y la carga que tenemos las mujeres en estos casos. Creo que la despenalización del aborto es necesaria para que mas chicas no se sigan muriendo, solo por ser mujeres”.